miércoles, 10 de agosto de 2016

Ironía bíblica del veganismo

Caín sacrificaba vegetales y Abel, animales. Era bien visto entonces. ¿Lo sería ahora?

En la historia bíblica de Caín y Abel, que encontramos en el Génesis, se cuenta que el motivo por el cual Caín mató a Abel, se debía a que sentía envidia de él. La envidia era causada, porque los sacrificios de Abel hacia Dios eran más agradables que los que hacía Caín al Altísimo.

Caín, como campesino, sacrificaba frutos de la tierra, o sea vegetales, en holocausto al Señor. En cambio Abel, como criador y pastor, sacrificaba animales. Visto es que, en tiempos históricos, en el antiguo Templo de Jerusalén, sacerdotes y fieles sacrificaban numerosos animales en dicho tiempo, como hacía Abel.

Pero en el mundo actual, en el cual la matanza de animales está vista como una atrocidad por cada vez más vastos sectores de la población mundial, sobre todo de ciudades, los roles tenderían a invertirse. Con el cambio de paradigma, ¿qué sucedería si fuera Abel el que menos gracia divina recibiría, y Caín sería, entonces, el más recompensado?

Con ello, Caín no tendría razones para sentir envidia alguna, y se le suprimiría dicho móvil por el cual podría matar a Abel. En todo caso, Caín podría sentir molestia hacia Abel porque sacrificaba animales, pero en vez de envidia, tendría compasión por los animales muertos, e intentaría hacer algo para que Abel dejara de matarlos en ofrenda.

En un mundo de veganos, Caín sería quizás visto como un justiciero en defensa de los animales, y en caso de que atacara a Abel, otro sería el motivo de su ira. Y tal vez, no estaríamos seguros si lo habría matado al igual que en el relato bíblico, o si habría encontrado otra forma de reprimenda para evitar que Abel siguiera matando animales.

Vaya ironía vegana, que trastocaría todo el sentido de un antiguo relato de la Biblia.




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